¡El mayor éxito del día, es despertar y sentirse libres!
El primer café de la mañana
siempre ha tenido una magia especial, es como si su aroma, su calor y la
intensidad de la amargura fueran mi conector con el día. Ese día fue distinto, porque
el aroma añadía nostalgia a mi día. Por años, nos habíamos preparado ese café
tan especial… por años habíamos compartido ese momento del día en que el saludo
se acompañaba con una taza de café. Estaba sumergido entre el aroma y los
recuerdos cuando las palabras comenzaron a llegar nuevamente a mi vida. Habían
pasado meses desde la última vez que sentí este impulso y esta vez era por
nosotros.
Recordé el último café que me
preparó, el último día en el que fuimos “algo”. Ese día rompí quizás lo más hermoso
que tenía en mi vida, pero era necesario separar las piezas para armar
absolutamente algo nuevo. El café me traía tantos recuerdos y tantas emociones.
Emociones que ahora fluían de forma libre y sin prejuicios. Era nuestra
historia, ¿qué nos podría importar el mundo? Recordé el Kintsugi, la forma en
que reparan cerámicas rotas con oro y le devuelven la gloria de días pasados.
¿Estaríamos nosotros ahora haciendo un kintsugi de nosotros mismos y de ese
“algo” que un día fue nuestro?
Estaba ahí sentado, mirando el
café… cuando una sonrisa acompaño mi rostro. Recordé tus ojos y el brillo que
tienen cuando me miran. Recordé la última conversación sincera entre nosotros,
la forma en la que siempre será más importante ese “nosotros” que cualquier
otra cosa. No sé nada del futuro y la verdad es que cada día le tengo menos
miedo.
La vida es cruda y a veces casi
imposible de entender sus complejidades… por eso siempre nos preguntamos ¿por
qué nosotros? Y qué mejor que nosotros mismos para enfrentar todos los desafíos,
utilizando todo lo que tenemos. La mejor forma de mejorar es teniendo la
oportunidad de enfrentar a nuestros fantasmas, nuestros miedos, a nosotros
mismos.
Cuando somos capaces de aceptar y
de enfrentarnos, es cuando comenzamos a rendirnos a pesar de que siempre dicen
¡Rendirse jamás! ¿por qué no? Porque tendría que seguir luchando una batalla
que me hace daño. ¿No existe acaso un camino distinto que una lucha
autodestructiva? Y al final ¿Contra quién lucho?
Cuando me di cuenta que no
luchaba contra ti y la batalla la tenía conmigo mismo y por eso cada vez que te
miraba sentía rabia e incluso resentimiento. Fue cuando me rendí. Me senté en
el mismo lugar de dónde ahora pareciera hablar contigo. Aquí comenzó y aquí me
rendí.
No sé qué sigue después de esto,
no sé qué se hace después que eres lo suficientemente fuerte para decir, lo
siento, te amo, o me enamoré de ti. No sé porque nunca llegué tan lejos. No sé
porque una vez roto siempre seguí golpeando hasta que ya no quedara nada.
Cuando el que se rompió fui yo y que cada golpe me destruía más, fue cuando
paré.
Me voy a reparar. Pero, nunca te
conté que me había roto. Nunca le dije a nadie que a pesar de que los amaba, me
sentía roto. No lo dije, no por miedo. Sino que me tomé el tiempo para aprender
a repararme. Es ese momento de verdadera aceptación cuando tomas conciencia de
todo lo que eres y de todo lo que vales. Cuando te das cuenta que a pesar que
las piezas vayan pegadas. Sigues siendo tu mismo.
En estos caminos de aceptación y
reparación, es cuando te volví a encontrar. Cuando nos volvimos a encontrar.
Cuando pudimos ser sinceros, ser capaces de mirarnos a los ojos y hablar. Pareciera
que se abrieron nuevos caminos por donde energía, sangre e incluso pensamientos
son capaces de circular con más fuerza. La mayor prueba de honestidad es
aceptar que a pesar de que vivamos en un “amor imposible”, no existe el amor no
correspondido. Porque incluso cuando esa persona te ame de una forma distinta a
la que tu puedes amarla. El amor es uno solo y cuando eso es verdadero ninguno
de los dos estará dispuesto a perder a la otra persona. El amor solo puede
unirnos y no separarnos. Sigo aquí, entre el aroma del café y ahora las
palabras volvieron a ser mis compañeras, fluyendo libres conmigo.
¡Ahora te pienso, te siento, te
amo libre!