Como los viejos momentos, que
llegan y nos hacen soñar, como el tiempo que no llega, como el presente que nos
sorprende... así te siento... al lado de mi cama, esperando que llegue el día
en que la cama sea la misma. En el momento en que mi cabeza descanse en tu
hombro. Honestamente, no me importa el tiempo, sé que el que vendrá será mucho
mejor, aunque lo que digo lo digo con desesperación... son mis dedos los que se
mueven a toda velocidad y componen esto, esto que no puedo negar. Como los
viejos momentos en los que soportábamos el vivir, el sentir y el sufrir, ahora
se nos hace más fácil evitarnos y no hablar. Sé que quizás deambulas por otra
ciudad, quizás deseas que llegue el día en que podamos dejar de mentirnos y
decirnos a los ojos toda la verdad... no sé quién guarda más secretos... ni qué
secretos puedan doler más. Como los viejos momentos, quizás no regresen y
termine siendo parte de este momento, quiero que sepas que te quiero... Que te
espero con las ansias que se necesitan para mantener la fe a flote, como una
pequeña vela que guie tu camino hasta encontrarme. Como los viejos momentos en
los que nos conocimos y los nuevos momentos en los que nos reencontramos. Como
los errores del pasado... como la incertidumbre del presente y ese miedo
absurdo a cerrar los ojos... así se carga el tiempo en la espalda... así se
cargan los miedos... como piedras, que nos causan dolor. Hoy me pregunto.
Cuánto tiempo más tengo que esperar... cuánto tiempo más estaremos esperando.
Sentados frente a frente, esperando que el otro empiece una palabra que nos dé
el paso a decir te quiero. Te quiero entre mis sabanas blancas, entre mis
brazos, entre mis pensamientos constantes, te quiero completo y lleno de vida,
todos los días de mi vida. Y así formar nuestro portarretrato donde la familia sonríe
y vive el día a día. Los viejos momentos no han hecho lo que somos ahora y yo
me duermo esperando encontrarte en mis sueños, despertar en tus pensamientos e
imaginar tus ojos, esa piel blanca y quizás cuando la noche vuelva encontrarme
contigo en mi cama, entre mis sabanas blancas. Entre los capítulos perdidos de
nuestras vidas, los secretos que guardamos en la maleta y... así dejar de
pensar que soy yo... y seamos nosotros.
Muchos sentimientos reprimidos, quizás sea bueno que se los expreses de manera clara, a veces es bueno dar el primer paso... no crees?
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