lunes, 25 de marzo de 2013

La arena y el Mar

Sentado en la plaza, mirando como las luces se encendían gradualmente un impulso incontrolado me hizo caminar por las calles. Llevaba como de costumbre un bolso cargado con algunas hojas y lápiz por si en algún momento me daban ganas de escribirte algo. La noche llegaba con lentitud. Un letrero de neón me recordó a ti, cuando estábamos siempre juntos... cuando compartíamos todo. Cuando incluso a veces nos éramos indiferentes. Todas las veces que dijiste que era un inmaduro, que me falta crecer... todas las veces que no nos dijimos nada. Hoy mientras mis pasos sienten la tierra desconocida... me atrevo a decir que he tenido el trabajo más difícil. Estar lejos de ti es: "Perderme y encontrarme, ser feliz a ratos y sentirse miserable antes de dormir". El papel temblaba con cada letra que plasmaba sobre él. Creo que se sentía interrumpido por el paisaje desolador, alentador, soñador... Yo recordaba mis calles, con esas hojas secas de otoño. Recuerdo que me decía que de pequeña jugabas con las hojas, como lo hacía siempre yo... como ahora extraño caminar sobre hojas y sentir la briza tibia de abril. Este lugar es como mi hogar cuando tú y yo nos éramos indiferentes. Cuando no entendíamos lo que era amar. La arena y el mar se apreciaban a lo lejos. Como en su mundo, como cuando mirábamos por la ventana de la casa y decíamos que era el paisaje más bello. Ahora sólo pienso en que ese paisaje era bello cuando estaba contigo. El viaje que me trajo aquí estaba escrito misteriosamente o quizás simplemente fue un impulso arrebatado de la desesperación. No te niego mis deseos de volver y poder abrazarte, aun me cala hondo tu abrazo, ese abrazo interminable que quiebra mi alma... Deseo cada día que la promesa se cumpla y muy pronto podamos vernos a los ojos y reírnos como siempre lo hemos hecho. Deseo que este cielo sea el mismo tuyo, que lo que miren mis ojos sean el mismo paisaje que una vez apuntamos como bello. El tiempo es injusto... ha pasado una semana eterna... una condena que parece no empezar ni acabar... mientras enciendo un cigarrillo siento lo fuerte del lazo que nos une. De lo autentico y lo duradero que ha sido todo. Quisiera que el tiempo pase tan rápido como si arrancara los meses del calendario. Pero el tiempo me mira cruel y ha bajado el paso. Todo es lento, es lento... Todo parece eterno. Pero, no es eterno como tu abrazo. Como la última mirada... Si al final estar lejos de ti es: "Perderme y encontrarme, ser feliz a ratos y sentirse miserable antes de dormir". El alma vendida... me castiga, me apresa y hasta me asfixia. Quiero mis pasos por mis calles, no por estas. Quiero ese cielo y no este. Quiero tu mesa y no está. Quiero allá y no acá. Quiero que la arena y el mar sean mi arena y mi mar. Quiero sentir el olor párvulo de mi niñez. Quiero escuchar tu voz, decir un "Hola" efervescente... y quedarme ahí para siempre.

4 comentarios:

  1. Una triste pero bella meditación... OJALA PRONTO PUEDAS MIRARLE A LOS OJOS! SE FUERTE! TODO A SU TIEMPO :)

    ResponderEliminar
  2. Un lector que aprecia lo que escribes :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por seguir mi blog... Gracias por los comentarios... son una motivación ;)

      Eliminar