martes, 20 de diciembre de 2011

Encontraré otro tú.


Te tocaré con las palabras que deben ser medidas en esta canción, no hay dolor, ni desazón. Hay un ligero ruido pues la nota de tu corazón generó ruido en esta canción, que de sonido no tiene nada, ni la más ligera articulación de tus labios que nunca dijeron nada. Nada ahora por los mares de mí pasado, recorriendo mi olvido y las piezas polvorientas de los que un día fueron. Encontraré otro tú, pues soñaré con el corazón escondido en el velador, en el cajón que nadie se atreve abrir, pues muerde a la más mínima provocación. Te tocaré con las notas musicales con sabores dulces pues no quiero que te miren con amargura, quiero que seas la luz de alguien más. El juego aburrido para otro niño sin mamadera, seas el chupete mordisqueado de una guagua sin dentadura. Sé que nunca te dije esto, pero nunca es tarde para señalar que mis manos danzaban entre palabras pensando en ti, fuiste para mí, lo que no serás para nadie más. Me hago responsable de mis errores si te haces responsables de tus sentimientos. No te niego que el juego del olvido es el que más me gusta, pues juego con las emociones como el mago que nunca seré, pero que tiene magia para hacer aparecer las palabras sin siquiera decirlas. Y aunque sé que no lo leerás, te perderás la despedida romántica que jamás tendrás. Un día volverás y aunque no lo creas seguiré jugando, dejaré que te pierdas en mi boca de lobo. Y cuando vuelvas con las manos con oro, me iré con otro pensando que dejé lo que menos me importaba tu estúpido corazón roto. No estoy hecho para hacer lo que el mundo quiera que haga y aunque al mundo me lo recorro en una hora con la caminata de mis palabras, volando por los pensamientos, y buceando por los mares de las canciones románticas que hablarán de quizás qué cosa… Cosas que nunca he entendido, pero que juego muy bien contigo. Deja que esa guitarra suene sola, hay en esas notas algo que llama mi atención, sé que no he sido algo claro después de todo, después de quererte tanto… de querer que estuvieras presente, que te comportaras como alguien real, de quererte tanto… de querer verte tanto… y creer que lo que me imaginaba tuviese algo de real. Me despido ahora, con tu maleta cayendo hacia el barranco del olvido… naufragándote en las aguas de mi pasado… en el silencio eterno de un adiós. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario