Te tocaré con las palabras
que deben ser medidas en esta canción, no hay dolor, ni desazón. Hay un ligero
ruido pues la nota de tu corazón generó ruido en esta canción, que de sonido no
tiene nada, ni la más ligera articulación de tus labios que nunca dijeron nada.
Nada ahora por los mares de mí pasado, recorriendo mi olvido y las piezas
polvorientas de los que un día fueron. Encontraré otro tú, pues soñaré con el
corazón escondido en el velador, en el cajón que nadie se atreve abrir, pues
muerde a la más mínima provocación. Te tocaré con las notas musicales con
sabores dulces pues no quiero que te miren con amargura, quiero que seas la luz
de alguien más. El juego aburrido para otro niño sin mamadera, seas el chupete
mordisqueado de una guagua sin dentadura. Sé que nunca te dije esto, pero nunca
es tarde para señalar que mis manos danzaban entre palabras pensando en ti,
fuiste para mí, lo que no serás para nadie más. Me hago responsable de mis
errores si te haces responsables de tus sentimientos. No te niego que el juego
del olvido es el que más me gusta, pues juego con las emociones como el mago
que nunca seré, pero que tiene magia para hacer aparecer las palabras sin
siquiera decirlas. Y aunque sé que no lo leerás, te perderás la despedida
romántica que jamás tendrás. Un día volverás y aunque no lo creas seguiré
jugando, dejaré que te pierdas en mi boca de lobo. Y cuando vuelvas con las
manos con oro, me iré con otro pensando que dejé lo que menos me importaba tu
estúpido corazón roto. No estoy hecho para hacer lo que el mundo quiera que
haga y aunque al mundo me lo recorro en una hora con la caminata de mis
palabras, volando por los pensamientos, y buceando por los mares de las
canciones románticas que hablarán de quizás qué cosa… Cosas que nunca he
entendido, pero que juego muy bien contigo. Deja que esa guitarra suene sola,
hay en esas notas algo que llama mi atención, sé que no he sido algo claro después
de todo, después de quererte tanto… de querer que estuvieras presente, que te
comportaras como alguien real, de quererte tanto… de querer verte tanto… y
creer que lo que me imaginaba tuviese algo de real. Me despido ahora, con tu
maleta cayendo hacia el barranco del olvido… naufragándote en las aguas de mi
pasado… en el silencio eterno de un adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario