martes, 25 de noviembre de 2014

Bailando con el viento

Estaba sentado en el patio, con la mirada perdida en el agua de la piscina, mis pies se veían más grande bajo el agua. Clara y cristalina. Si bien mi cuerpo estaba ahí mi mente divagaba por los últimos sucesos, por las emociones que una noche soñé y que hoy me parecían una tortura. Elegir entre el amor propio y el amor por el que esperaste no es una decisión fácil. Elegir entre tu y el ser amado, entre esa compañía imperfecta que comete errores o la perfección de la soledad si cuando lo que quieres... es no estar sólo. Estaba ahí sentado a orilla del agua calmada mientras en mi mente la tormenta era cada vez peor... Había perdido el sentido del tiempo cuando una canción me hizo reaccionar, podía ver como las notas bailaban en el viento. Eso era lo que quería una canción que me hiciera decir lo que siento. Sé que es difícil y lo complicado de todo esto... Pero recuerda que el amor no es jactancioso, no tiene miedo, es una corriente por la que te dejas llevar, eso lo tenía claro... Lo que me costaba encontrar era el perdón. Independiente de que haya sido, cometimos errores y ¿quién no? Esto no se trata de quien es mejor ni quien es peor... esto se trata de cuánto estamos dispuestos a apostar por el otro. Seguía jugando con el agua, buscando a ese infante despreocupado que una vez fui... encontrar la forma de abrazarme y consolarme. Mirarme en el espejo y hallarme, ahí... en el punto en el que una vez me perdí. Cerré los ojos y unas cuantas lágrimas cayeron por mis ojos... estaban todos ahí... mirándome con la ternura de siempre, con la paciencia eterna y con la mirada acusadora que era tiempo de dejarlo ir. De quitarse el puñal del corazón y decirte adiós. Comenzar una historia nueva en la que ya no serás parte de ella. Ahora sé... tras leer en sus ojos el camino recorrido que no estoy preparado para lo que otros sí lo están. Aún quedan cosas y aunque debajo del agua vea todo más grande, es tiempo de salir a la superficie y jugar a hacer grande. Mirar a los nuevos párvulos y depositar en ellos la semilla de los sueños. Quitarse el puñal y decirte adiós. Quitarse la esperanza malentendida y quedarse con la fe puesta en el futuro seguro, con las promesas que nadie prometió. Con las palabras que nadie quiere escuchar por que duelen más que los puñados de aquellos que se creen valientes. De mis propios sueños en los que tan naturalmente te paseas cada noche. En ellos es el lugar donde puedo encontrarte o el lugar donde puedes encontrarme. Aquí estoy escribiendo en el silencio en el que me pregunto si quitarse el puñar y decirte adiós. O cerrar los ojos y esperando que al abrirlos, estés a mi lado amarrado entre mis brazos.

1 comentario:

  1. La música es una manera bastante buena de poner en palabras lo que no sabemos cómo espresar... o nos ayuda a desifrar aquello sobre lo que no sabemos cómo sentirnos. Es verdad que cuesta deshacerse a veces del pasado, pero a veces llegan momentos en los que simplemente no queda más opción que levantar la cabeza, decir adiós y avanzar... (Buen post, te habías perdido)

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